sábado, 18 de mayo de 2013

Tema 1. Utopías tópicas y utópicas


 Dicen que el ser humano aprende con historias y el cerebro asimila con metáforas. Y como toda maestra debe ser una buena cuenta cuentos...ahí va mi historia sobre UTOPILANDIA

 Cuenta la leyenda que existe una sociedad remota llamada Utopilandia, sus habitantes dominan las competencias para la vida y el bienestar, tienen la capacidad para adoptar comportamientos apropiados y responsables para afrontar satisfactoriamente los desafíos diarios de la vida, ya sean personales, profesionales, familiares, sociales o de tiempo libre. Las competencias para la vida les permiten organizar su vida de forma sana y equilibrada.

 Tienen un nivel moral muy alto, saben que todos los actos que realizan tienen un impacto en el resto de la sociedad, son realmente conscientes que forman parte de una comunidad. Ellos desean el bien para su sociedad. Saben lo que es responsabilizarse de sus actos y vivir de acuerdo a sus principios morales. Los grandes principios, los de verdad, los que calientan el corazón, todos sabemos cuales son.

En Utopilandia saben que la fuerza de una sociedad está en la educación de sus jóvenes  comprenden la educación como un proceso de larga duración, facilitan planes de educación estables, todos están de acuerdo Todos son responsables de su educación, cada uno en su papel, algunos como padres, otros como profesores, otros como legisladores, otros como dirigentes. Creen en el proverbio que dice que se requiere a una tribu para educar a un niño.

Para formar a sus jóvenes escogen muy cuidadosamente a las personas que realizarán tan delicada tarea, y les dan libertad. Saben que es mejor dedicar mucho tiempo a la selección de las personas correctas que a su posterior control en caso de error. Pero no les dejan solos, les permiten decidir cual es la mejor forma de enseñar. Les forman, les permiten progresar, saben que no hay escuela mejor que sus maestros.  Las familias confían en ellos, están en el mismo barco, no son enemigos son cómplices.

Los profesores de Utopilandia, entienden al ser humano como un ser orgánico y saben que para que germine el conocimiento deben facilitar un terreno bien abonado. Para crear ese terreno, usan sus conocimientos de neurología  de pedagogía y de psicología

  Ayudan a los jóvenes a para conocer y gestionar sus emociones, saben que si una persona no está equilibrada, todo lo demás no funcionará. Eso lo incluyen en todas las areas de su vida. Saben que cada cerebro es único.

 Saben que el miedo bloquea las partes creativas de su mente, que la agresividad verbal es tan dañina como la corporal, saben diferenciar entre el miedo y el respeto, saben que el miedo despierta las inseguridades, que las inseguridades llevan a la desconfianza, de uno mismo y de los otros. Quieren que en sus espacios de aprendizaje exista un ambiente de confianza mútua, saben que la confianza permite actuar, quieren jóvenes que actúen, que se atrevan. No como espectadores sino como actores.

Tienen tiempo para disfrutar del proceso de aprendizaje, no tienen prisas, saben que las soluciones rápidas no funcionan,  pero eso si, no se duermen, tienen objetivos, saben donde quieren llegar. Los jóvenes saben que su aprendizaje tiene un propósito y que son protagonistas del mismo. Sus jóvenes  no creen en que la suerte está echada, creen en ellos mismos, saben que ellos son su propia solución.

Encuentran actividades en torno a determinados contenidos para que los alumnos aprendan haciendo cosas con ellas, les encanta presentar a sus jóvenes historias de aprendizaje, cada historia de aprendizaje tiene un proceso, presenta un reto, para solucionarlo deben buscar y valorar la información necesaria, y contrastar la solución con fuentes o con sus compañeros, su trabajo es evaluado y analizado pro ellos mismos y por el resto. Cuando por fin encuentran la solución al reto, lo muestran a sus compañeros, y transmiten sus nuevos conocimientos a alumnos más jóvenes o más mayores, les hacen de profesores.

En Utopilandia saben que no están solos, que hay otros mundos a su alrededor de los que pueden aprender, saben que sus cerebros necesitan recibir aprendizaje continuamente para evolucionar como individuos y como sociedad. Saben que el aprendizaje es continuo y que es una acción no un lugar. El aprendizaje sucede en cualquier lugar, solo necesitan curiosidad y saber donde encontrar lo que necesitan.

Que bien se vive en Utopilandia...pero un día llega a Utopilandia un tsunami en forma de tecnología educativa, es una avalancha de novedades! es excitante, es nueva, es brillante, es multimedia, es multitactil, es interactiva, es social sin ser social, es accesible, es fácil, es modulable, es adaptable, es estimulante, cada día es diferente, es divertida, es portátil, es ligera, es bonita, permite acceder a información desde cualquier lugar, y lo mejor es que también permite crear y comunicarlo al resto! no es tecnología, es comunicación! todos son creadores! que fácil es sentirse competente! mostrar pensamientos, conocimientos, procesos, sueños y todo...¡en múltiples formatos!

 Los habitantes de Utopilandia se vuelcan, cada día aprenden innumerables herramientas nuevas... el problema es que ahora dedican la mayor parte de su tiempo a buscar nuevas herramientas para comunicar y descuidan profundizar en lo que quieren transmitir. Se centran mas en la forma que en el fondo.
 ¡Esto ya no es comunicación es adicción! ha habido una epidemia de infoxicación. Han perdido el equilibrio.

 Por suerte las bases del pueblo de Utopilandia son firmes, son seres equilibrados que conocen su objetivo. Después del Tsunami, todo vuelve la calma, como han desarrollado una gran capacidad analítica, se convierten en curadores, saben escoger la mejor herramienta para cada situación, y también saben cuando no deben usarla. Deciden no centrarse más en las herramientas y se concentran en las actividades que pueden realizar alrededor de esas herramientas.Potencian la línea de aprendizaje que están llevando a cabo.



 Educan a sus jóvenes en su uso, les resulta mucho más fácil de lo que creían, ya que como los jóvenes son equilibrados saben perfectamente para que las quieren, y lo integran en su mochila de recursos que les acompañará durante su camino.


Esto es lo que dicen de Utopilandia, la única diferencia entre ellos y nosotros es que han puesto en práctica lo que ya sabemos.

Aquí podéis ver el último discurso de su ministro de educación, Ken Robinson.





Mi estilo de aprendizaje es por inmersión, para esta breve historia he buceado por...